Y tú que dices: ¿que si o que no? ¿tu crees que aún valgo la pena?

Me he dado cuenta de que no echo de menos a algunas personas que una vez para mi fueron importantes. No duele. Pienso que tal vez eso es bueno pero que por otro lado, sea causa de que mi carácter haya cambiado.

Sé que todos cambiamos, poco a poco pero lo hacemos. A veces queremos sustituír nuestros defectos morales o éticos tanto, que se convierte en un sueño, a veces en una obsesión. Es como un perro que corre tras nuestros huesos intentando alcanzarlos y roer en ellos la envidia y la ira…

¿ Pero qué pasa cuando conseguimos cambiar? Cuando nos levantamos una mañana de entre tantas y en medio de una conversación, nos damos cuenta de que hace dos años no veías las cosas desde ese punto de vista, que aquello que sucedió ya no te importa, que todo fue olvidado. A mí, a mi HOY me da miedo…

Cuando esta mañana volvía a casa, sonaba en la radio “ Nadie quiere a nadie y mis palabras son formas de pensarte donde no hay amor, como un perro muerto al sol” ¿ Realmente eso es así? Todo el mundo habla, opina, dice pensar… Pero nadie escucha. Y eso es una ironía, porque como bien dicen Mclan “ parece mentira que en pleno siglo de la comunicación, no exista comunicación entre tu y yo “

Y si eso es así, ¿de qué vale hablar, de qué vale sentir y querer vivir?. Porque todo será sobre una fina línea recta en su mayor tramo y al final con una única curva demasiado cerrada como para poder seguir andando encima de ella.

No sé a qué viene todo esto si el fin de semana fue perfecto. Visto lo visto, tengo que dejar de escuchar a Yuri Méndez y bajar ya a mi vida, que mañana es lunes... y hay cosas que hacer!

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